El abuelo Fernando y Antonio

El despertador suena. El organizado caos se hace presente como cada mañana. Carreras para tomar al asalto la ducha. Rápido desayuno, cepillado de dientes y la diaria pregunta... ¿donde esta Marta?
Hoy toda la familia, como cada cinco de enero, se reencontrará con un lugar mágico. Su presencia en el estudio de radio se ha convertido en una tradición.
Con alegría contaran a los oyentes sus deseos pero, en este nuevo año, un sueño tendrán en común en su interior.
Pedirán ante los micrófonos juguetes y alimentos para los niños que no los tienen, trabajo para los padres de sus amigos, pensaran en las palabras justicia y respeto, en más sonrisas para los mayores,...
Escribirán su deseo  de un juguete, un libro o un novio para su tía.
Pero pensaran sobre todo en un hombre, en su abuelo Fernando.
Saben que está cerca, que les abraza desde el cielo cada día.
A pesar de ello Marta, Alejandro, Fran y Andrea pedirán un beso tierno, intenso, de quien les ha querido y les quiere.
Seguro que, como ellos, muchos de nosotros también pediremos en nuestras misivas que Antonio, Carmen o Luisa, continúen escuchando nuestras alegrías y penas, tomando café a cualquier hora o gastando bromas constantes, a pesar de no tenerlos con nosotros.


Juan Ramón Jiménez escribió: "Inteligencia dame el nombre exacto de las cosas...”
Y ese deseo de la familia Hernández- Pastor y tantas otras tiene un nombre: amor.
Los Magos de Oriente repartirán hoy, mañana y siempre mucho amor a todos los que mantengan en el recuerdo toda una vida de fotogramas hermosos. El abuelo Fernando y su último baño en la playa, el amigo Antonio y sus bromas constantes, la ternura materna de Luisa y Carmen no son solamente palabras, son sonrisas recibidas, abrazos dados, vida compartida que perdurara siempre. Son fuerte energia que nos acompaña para no caer.

El deseo de los que recordamos se concederá, pues las personas que amamos, siempre nos abrazan en la distancia. 
En esta noche mágica, sueños cumplidos.

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